sábado, 19 de octubre de 2013

Let love be your energy



Contenta no es la palabra adecuada para describir como me siento en estos momentos. ¿Tal vez emocionada, alegre hasta más no poder, llena de pura felicidad? Bueno, no sé. El sentimiento que tengo metido en el pecho en este momento de mi vida es, de lejos, uno de los más bonitos que he llegado a sentir en toda, toda, toda, toda mi vida.... la tranquilidad lo es todo.


Durante tantos (tantísimos) años siempre he sido de ese tipo de chicas que son fuertes a más no poder, que sonreían de dientes para afuera, pero siempre sentía que algo faltaba porque la tranquilidad que estaba sintiendo era más como un conformismo y un "no pararle bolas" a las situaciones de mi vida. No me importaba nada, en serio. Andaba metida en mi mundo, en mis cuentos e historias. Y, de repente, cambiando mi forma de ver las cosas logré cambiar radicalmente mi visión del mundo. Pase de ver los días de lluvia como tormentas para mi cabello, gripe para mis pulmones y frío hasta los huesos para entenderla como parte de la naturaleza del mundo, tan simple y natural como hermosa. Y así ha pasado con (casi) todo mi entorno. Sé que no puedo pretender estar bien todo el tiempo, que si quiero llorar debo hacerlo, pero jamás dejarme inmovilizar. Aprendí a vivir el aquí y ahora, y con este aprendizaje pude cambiar mi mundo. Tal vez las personas que me conozcan de años no lo sientan tan fuerte como yo lo siento en mi interior, simplemente dicen que he madurado. Yo creo que la cosa va más en sentido contrario: HE DESAPRENDIDO. Me he conectado con mi niña interior y la he sacado a flote sin miedo (porque bien es sabido que la inocencia y sabiduria que tiene un niño no la poseen los adultos.... hasta he llegado a pensar que los abuelos son personas tan, pero tan sabias porque aprendieron a ser niños de nuevo con un poco más de enfoque en su mente y corazón).También he llegado a reprocharme que sólo encontraba "inspiración" en mis momentos de subidas o de bajadas pero nunca había encontrado el equilibrio para escribir y sentir con la sencilla tranquilidad que estoy escribiendo ahora, esa tranquilidad que se siente al teclear  l e n t a m e n t e  las letras de este ordenador sin prisa.  Tampoco es que viva  en una perfecta armonía, pero puedo dar amor a todas las situaciones de mi vida. Aprender y enseñar. Vivir en un estado de gratitud constante hasta por las cosas más simples... hasta cuando siento que mi ego está herido... Puede que algunas cosas sigan siendo molestas, pero cuando llegan a mí las recibo con gratitud, aprendí a entender la enseñanza que se encuentra detrás de cada "mala situación".


No recuerdo haber sentido tantas emociones tan fuertes y tan bonitas en lo que llevo de vida. El amor volvió de otras vidas y ahora lo siento más cerca que nunca. Mi relación con G∞ es bastante estable, tranquila, divertida, es hermosa! Estoy muy enamorada, sin miedo a decirlo. Él ha logrado ser un potenciador de mi constante felicidad. Ha llegado cuando menos estaba esperando o buscando a alguien, simplemente llegó y es como si el universo mismo se hubiera encargado de nuestro encuentro. Es fantástico. Todo marcha muy bien y siento una felicidad absurda que me dice "No te preocupes más, ya el amor llegó" y a mí me dan ganas de cantar todas las mañanas para luego correr por el mundo dando amor y, al final del día, correr a sus brazos y sentirme como en casa. Puedo sentirme libre con alguien, siendo juntos, volando juntos pero nunca atados. 

Calma. todo está en calma (deja que el beso dure, deja que el tiempo cure)
Y cada día encuentro dosmilmotivos para ser una mejor persona, más amorosa y menos miedosa.

Me amo.
Sin miedo.
Los amo.




miércoles, 7 de agosto de 2013

Extensión al cielo



Que la noche venga para poder planear nuestras trampas al sol.
Que me quede dormida escuchando en susurros lo mucho que me quieres.
Que amo tus llamadas inesperadas a diferentes horas que me toman por sorpresa.
Que me haces querer gritar que existo, que estoy aquí, que te estoy llamando.
Que me dan ganas de exigirte que me mires, que me conozcas, que te atrevas, que te arriesgues, que no sabes lo que puedes encontrar.
Que no quiero poner fecha de caducidad.
Que te pasees por mis venas y les cambies el color y dejes un graffiti con tu nombre en una de las paredes de mi corazón, para que nunca se me olvide que pasaste por allí una vez. Y bucees en mi torrente sanguíneo y te sumerjas en mis ganas de comerte a besos, y me acaricies el ventrículo derecho y me dejes bien claro que ni con agua caliente podré sacarte de allí. Y me llenes, desde las raíces del cabello hasta los dedos de los pies, me tatúes tu apellido en cada poro de mi piel y te asegures de que no pueda, ningún día y de ningún modo, olvidarte. Y todo esto, solamente con una mirada.
Que las palabras se me cortan con un pequeño roce de manos.
Que mis mejillas permanecen rosadas cada que mis ojos se chocan con los tuyos.
Que mi mirada se de un portazo con la tuya y no pueda sostener la mirada mas de dos segundos.
Que las palabras se me enrredan y me hagan caer en un suspiro constante.
Que todo lo que quiero decirte sea suficiente pero no demasiado.
Que quisiera contarte todos mis secretos.
Que tu sonrisa me haga cosquillas.
Que las pocas horas que te tengo a mi lado se conviertan en eternidades.
(porque cinco minutos cogidos de la mano es la eternidad misma)
Que me dan ganas de amarte aun si apenas te comienzo a querer.
Que tengo demasiado sueño como para decir algo con sentido, y no quiero irme a la cama porque si lo hago, sé que sólo soñaré contigo
Que amor nuestras conversaciones que duran horas.
Y quiero que me cuentes tu vida de principio a fin, las partes buenas y los baches que haya podido haber en medio.
Que le quites las cadenas a mi alma y sincerarme de tal modo que hasta me falte el aliento.
Que busquemos formas en las nubes, y que identifiquemos las constelaciones, y que hagamos viajes en tren a ninguna parte, sólo por el placer de estar sentados uno al lado de otro durante horas.
Quiero una llave de tu casa en un llavero con Pepitas, y un cajón allí con mis cosas. Y un globo terraqueo en medio del cuarto. Y jugar contigo a cerrar los ojos y hacerla girar, y señalar con el dedo los sitios a los que podríamos ir juntos.
Quiero planes para toda la vida en servilletas de bar, en entradas del teatro, del cine, de la ópera, y vivir con la emoción de saber si se cumplirán.
Que cuando te presente a mis padres, pueda apretarte la mano por debajo de la mesa cuando mi padre cuente uno de sus chistes malos, y que juegues con mi hermana y adores la comida de mamá.
Que estés ahí cada vez que abro los ojos después de parpadear, y que nos vayamos de picnic al Simon Bolivar.
Quiero que poses para mis fotos y forrar las paredes de mi cuarto con miles y miles de imágenes tuyas.
Quiero una bañera llena de espuma y dos copas de champán en nuestras manos, y que tu risa se convierta en burbujas casi más reales que el aire que respiramos.
Que me lleves a la playa de noche, cuando no haya nadie, y que nos parezca por un momento que en el mundo se ha hecho el silencio para escucharnos hablar.
Que nos den igual los comentarios de la gente y que la única norma que nos importe sea la de nuestros dedos entrelazados.
Que creemos poco a poco, frase a frase, un código secreto, y poder leer en tu mirada las palabras que dirías si abrieras la boca.
Que vengas a mis comidas familiares.
Que pueda dormir en tu pecho hasta que se me olvide cómo se usa una almohada, y dejar el contorno de mi cabeza grabado a fuego en tu piel.
Quiero ver siete películas contigo sin salir de la cama, y después pasarnos treinta y seis horas sin dormir.
Que te aprendas de memoria que el frío me da dolor de cabeza, que odio las palomas, que tengo fobia a la guerra y que mis donuts favoritas son las de sabor a chantilli.
Quiero aprender a cocinar riquísimo y prepararte los domingos tu plato favorito, y dibujarte tantas veces que mi mano coja como hábito esbozar el hueso de tu mandíbula.
Quiero escribirte poesías en la espalda mientras duermes y que tengas que leerlas con ayuda de un espejo al despertarte, y quiero que tu pelo me haga cosquillas en la nariz cuando me abraces.
Y bailar en las fiestas subida en tus zapatos por si estoy cansada de mis tacones.
Quiero aprender a hablar tu idioma, aunque no haga falta porque acabemos comunicándonos con el código de tus pestañas.
Que me soportes cuando nadie más puede hacerlo, que me lleves a la playa en Febrero y que en el camino de vuelta, veamos el atardecer.
Que me enseñes, con ejemplos prácticos, el verdadero significado de la palabra Hogar.
Que vayamos a Hogwarts, aunque no nos hayan mandado la carta de admisión, y vestirnos un día en la oscuridad con la ropa más llamativa que encontremos.
Quiero llevarte a hacer un tour por todos los rincones del mundo en los que estuve antes de haberte conocido, para que me de la sensación de que estás conmigo desde que tengo memoria.
Que salves mis ansias y que me hagas fotos durmiendo, quiero que sea tu sonrisa lo primero que vea por las mañanas.
Quiero que me convenzas siempre de que no hay nada imposible si nosotros así lo deseamos.
Que no seamos nunca demasiado jovenes ni demasiado mayores.
Que quiero ser todas las cosas que no puedes ni nombrar.

Eso, justamente eso, es lo que quisiera responder cada que me preguntas.
¿Y que es lo que estás pensando?


Dedicatoria: 
A todos
¿O a nadie? 
Pero a ti.

domingo, 4 de agosto de 2013

Hace algunos minutos al otro lado de la bocina de mi celular sonaba una voz, una voz cargada de ya demasiadas promesas, de sueños que valen la pena ser cumplidos. La voz me decía entre líneas que ya estaba cerca... pudimos vencer la distancia, ahora solo queda acercanos un poco más... Quería gritarle palabritas que llevan demasiado tiempo en proceso de riego y cultivo, decirle que me muero porque nazca aquél árbol que es cómodo de escalar solo si es con él, y difícil de derrumbar gracias a nuestras raíces gorditas. Trataba de imaginar en qué lugar de esta gran ciudad se encontraba, y si estaría pensándome.

Ya no te echo de menos ni tengo miedo. 
Porque eres mucho mejor de lo que pude imaginar. 
Porque tengo tu voz que acompaña mis noche, para esos sueños de los que no me quiero despertar. 

This

miércoles, 26 de junio de 2013


Es entonces cuando mis costillas se agrandan porque no me cabe el corazón. Y es entonces cuando mis piernas se sienten raras por seguir apoyadas en el suelo en vez de estar suspendidas al lado de los pajaros, volando. Y mis pulmones parecen demasiado pequeños para todo el aire que quiero respirar, cuando abro la boca y cierro los ojos y le grito al mundo que estoy preparada, que estoy viva y que tengo algo por decir. Es entonces cuando mis ojos parecen demasiado pequeños para todo lo que hay por mirar y mi cuello no se mueve lo suficientemente rápido para lograr abarcarlo todo. Cuando me parece que todo me impacta de manera mas intensa que a los demás. Es entonces cuando sonrío y me miro las manos, que parecen demasiado pequeñas y frágiles, pero, sin embargo, saben hacer tantas cosas. Es entonces cuando se que estoy comiéndome una torta de felicidad. Suena dulce eso de comer contigo, pero creo que prefiero comerte a ti. ¿No crees que es bonito, bonito? Eso de cerrar los ojos y parar el mundo, y abrirlos otra vez y que esté lloviendo y querer abrazarme a tu pecho y decidir no soltarte jamás (así no crea mucho en los jamases) ¿Quién nos lo iba a decir, verdad? Quien podría habernos avisado que el amor no es mas que un pájaro que se estrella en tu pecho y sale volando con él. Quién iba a decir que cuando buscábamos los ojos del otro por las mañanas estábamos volando hasta el cielo con cada susurro inesperado. Cuando cada palabra es un regalo y nos damos el lujo de robarle minutos al reloj. Cuando somos héroes por una noche o una vida... o tres. Cuando tus pupilas y las mías se atraen como dos imanes y mis labios tiemblan, mi corazón se arruga y yo juro y pre-juro que a ti te ocurre lo mismo.

¿Quién lo hubiera dicho, eh? ¿Quién se habría atrevido.?

-¿En qué parte de tu alma lo siente?
-Lo siento en un lugar que no puedo explicar con palabras, ahí lo siento


Hoy me siento especialmente contenta ¿especialmente? Sí, nunca me había detenido a pensar que la sensación de amor incondicional es la más bonita de todas. Aquella que da sin esperar recibir, que se te mete entre las mañanas y rompe las normas del tiempo y el espacio. Tal vez sea muy pronto para decir que es amor, pero lo que es cierto es que al leer cada palabra, cada mensaje, intento descifrar quién se esconde detrás de la pantalla. Me siento contenta, porque lo tengo, lejos, pero lo tengo. 

Y resulta que no...


J:

Te pedí que me escribieras una carta donde plasmaras todo lo que sientes y que yo haría una igual, lo hice para establecer una especie de pacto, un secreto, una cápsula del tiempo. El asunto es que llegué a la página de mi libro donde tengo que olvidarme de él y me entró un aire de instatisfacción porque, de nuevo, no soy capaz de cumplir mis promesas. Mientras miraba aquella página que tenía escrito con tinta indeleble "cuando llegues aquí ya deberías haber olvidado todo de él". Recuerdo que escribí esas palabras justo un mes después de terminar nuestra historia de amor y confiaba que al llegar ahí el tiempo me daría la razón... pero no, había pasado casi un año y todavía no lo había olvidado todo de él. Pensé en las veces que me he detenido frente a las perfumerías porque sentí en el viento su olor o cuando me asustaba caminando por la calle porque encontraba en algún desconocido sus gestos. También pensé en ti. Pensé en la noche que íbamos caminando hacía casa y te dije:

-Tú deberías enamorarme, pero no enamorarte.
-Mejor lo hacemos los dos, ¿no? - respondiste.

Y luego, me quede suspendida en esas 6 palabras. Intenté recordar como lo habías pronunciado para saber si el sentido de ellas cambiaba. Pero nada. Por mucho que me esforzará en no darle rienda suelta al final termino soltándose sobre mis hombros y caí rendida encima de aquella página, manchándola de lágrimas y deseos que quiero evitar. Caí en cuenta de que para amarte como tú querías tenia que poner una barrera, debía desenredar los nudos en mi garganta y frenar los latidos de tu corazón para poder alcanzarte... De verdad quiero hacerlo, de verdad quisiera poder enamorarme de ti y por eso es que necesité un tiempo. Todo un año para pensar. Te dije "seamos amigos todo este año y si después de este tiempo me sigues amando nos daremos la oportunidad" . Necesitaba saber si estabas tan dispuesto como al principio de romperme los esquemas y saber si sentía algo por ti más allá del miedo. No quería jugar contigo, como jugué con todos los demás, quería estar segura de que si era sen serio seria por mucho tiempo...

Entonces aquí estamos, después de un año, leyendo nuestras cartas con los pelos del corazón enredados. Tal vez dando ese paso a la felicidad que suele ser el más difícil de dar. Tal vez no.

¿Por qué tú? Yo también me lo he preguntado un montón de veces y debe ser el hecho de que estar a tu lado me hace sentir segura, me hace sentir especial, me hace querer no soltarte nunca y que estés conmigo al lado del camino fumando-el-humo-mientras-todo-pasa. No quiero NUNCA no saber nada de ti, no quiero perderme de tus buenas y malas noticias, no quiero despertarme en las mañanas y saber que no podré volver a hablarte, no quiero ser esa que te rompa el corazón.
Algunas veces me siento a prueba de balas, pero tus miradas logran ser bombas atómicas en mi guerra interna ¿sabes por qué? Bueno, te cuento que fue porque supiste demostrarme que no todo en mi vida era colo gris-tirando-a-negro, me enseñaste que a pesar de los sufrimientos la alegría vale por lo mal que la pasamos antes. También fue porque nunca supe entender porque siempre que me llevabas a algún lugar, respiraba hondo con los ojos cerrados, los abría y me encantaban esos lugares, no sé, me hacían sentir como si todo estuviese mágicamente bien, porque cada vez que mis ojos se cruzaban con los tuyos no hacía más que sonreír.

Al igual que esta carta no podré saber cómo termina la historia, puede que en este momento en que la estás leyendo yo sea este y tan sólo este pasado que te está escribiendo o buen puede que esté al lado tuyo viendo ya cómo nuestros huesos encajan a la perfección.

**_
(Puede ser el tercer asterisco del final.... o del comienzo)
Te quiero, siempre.
Fer.



jueves, 16 de mayo de 2013



Voy caminando por la calle olvidando un poco quién soy y deteniéndome en esos ojos huidizos que no se quieren conocer, me detengo en las pisadas de los demás, en el volumen de su sonrisa. Ya no me molesta caminar sola por la calle, me inundó una sensación de aventurera y tengo el universo entero por conocer. ¿Por qué había estado tan dormida? Siempre andaba caminando por la calle evitando las miradas, saltando los charcos, pisando el prado y manteniendo la cabeza en el cielo o en el suelo, dependiendo mi estado de ánimo, pero nunca hacía el frente, nunca deteniéndome a ver todas las maravillas que se encuentran en el camino. Me siento en las escaleras con las piernas cruzadas, me quito los audífonos porque no me dejan escuchar la melodía de mi ciudad, veo a todos los personajes del gran teatro bogotano y me emociona recrear las historias que se están desarrollando simultáneamente a medida que van entrando en mi escenario. Un niño toma de la mano a su madre y le ayuda a subir los escalones para llegar temprano a su cita en el médico, donde le dirán lo bien que anda de salud para una mujer de su edad. A mi izquierda hay una pareja  discutiendo por los celos obsesivos, quisiera ir y explicarles lo bello que es amar con libertad, la magia que se encuentra detrás de un beso cargado de sentimientos que gritan palabras llenas de la cursilería más linda que nunca se ha oído y explicarles que esa misma magia se encuentra en la sensación de estar caminando por la calle sin mirar el asfalto e ir pensando "Amo a todo el mundo a través de ti, gracias a tu amor puedo amarlo todo", no sé si mis pensamientos positivos ayudaron, pero lo lindo es que él le roba un beso, ella sonríe con un poco de timidez y las manos juguetonas comienzan a buscarse para luego, más tarde, encontrarse juntas debajo de las sábanas. Oigo el ladrido de un perro y veo cómo juega con aquél hombre que trae las ropas sucias, aquél hombre sin casa, pero con un hogar que tiene una pancita caliente y es tan peludito como un jardín con aroma a flores, su hogar que ladra y, aunque tenga pulgas, para él es el más lindo sobre la faz de la tierra; los veo y siento que estoy viendo la hermandad más poderosa sobre el universo.... Sigo caminando y dejo que todos los aromas, tanto el de un café recién servido como el de un pedazo de excremento en la acera, se adentren en mi cuerpo y comiencen a hablarme. El café me dice que todos están cansados, quieren estar despiertos y creen que tomando café van a lograr abrir los ojos. Una flor me dice que va a llover, que perdón si mojo mucho mis botas, pero que ella se va a dar un banquete, le sonrío y pienso que si llega a llover tampoco voy a sacar mi sombrilla porque seremos dos las que disfrutaremos del festín... Camino un poco más hasta llegar a mi destino, llego muy temprano para la hora acordada, pero eso no me molesta y sigo disfrutando de las historias que se me vienen presentando, historias con sacos de lana, historias con una chaqueta de pink floyd que me dan ganas de saber más acerca de esa historia, pero no puedo interferir, me gusta estar observando, ya llegará mi momento de actuar, otra historia con un par de botas rojas y un sombrero de lana rosado interfiere en mis pensamientos, historias de bienvenidas, de despedidas, de huidas, de alegrías, de esperanza, historias de amor en todas partes... Y entonces es cuando llega mi momento de actuar, todo comienza con el más cálido abrazo a una amiga que siento está cargada de todas aquellas buenas intenciones y sueños de infancia que se disfrutan como helados. Las clases, a pesar de que son una rutina, son parte de mi historia y me enfoco en vivirlas al máximo.... Ver a las personas que quieres con estos nuevos ojos es como encontrar un kinder sorpresa en la calle con una notita que dice "Del mundo para ti, porque te lo mereces", y esos momentos se sienten tan dulces, tan reales y sinceros... ¡Ver a la persona que te gusta es como un frasco de Nutella!. Y mi frasco de nutellla llega, me sonríe y ya está, todo es color de rosa, color amor, color ilusión. 
Llego a casa con la sonrisa más cansada, pero más verdadera que he tenido en días, incluso meses, y entonces los veo: Mi familia, tiro la maleta en un rincón y corro a abrazarles y a contarles todas las aventuras que he vivido hoy, me escuchan con emoción y mientras tanto me van calentando un poco de leche, me quitan las botas que han estado muy mojadas el día de hoy de pisar tantos charquitos; me dan uno, dos, tres, ochomil abrazos y yo siento que la felicidad es esto: Es elegir ver el sol así si usas botas para días de tormenta. 


lunes, 13 de mayo de 2013

Renazco cada mañana con ganas de quitarle las lagañas a la vida.


Estaba dormida. Todo sonaba a lo mismo, el mundo se me presentaba como un vacío interminable y la realmente vacía era yo. Mis amigos me oían diciendo cosas del tipo "Vengo sobreviviendo hace media hora" y yo me escuchaba en los tangos de una libería llena de libros polvorientos que no tenían las palabras adecuadas, frases en las que buscaba una respuesta, sólo eso. Y el presente se me rompía por dentro y el futuro lo tenía bien metido en una pecera. ¿Los valientes, quienes fueron esos? Buscar superheroes en las noticias solo me deprimía más y salía a la ciudad a buscar algún músico ambulante que no tocara canciones que te parten el alma. "La vie en Rose" quizá. El mar siempre estaba demasiado lejos y en el asfalto no había nada que me hiciera sonreír. Coger el autobus cada mañana, sonreírle a desconocidos, pedir café para llevar, quemarme la lengua. Sigue sonriendo, sonriendo, sonriendo. Lee. Finge. Túmbate en el suelo del baño y deja que las baldozas se inunde. Ahógate en ese mar de tristeza, todos saben que no sabes nadar. Pero desperté. Puede que nunca me hubiera detenido a ver el mundo, pero siempre me ha tendido una mano para que me acaricie la espalda, para que me seque las lágrimas y me regale una mirada que puede decirme todo. Una voz que desde dentro me grita "Nosotros somos los valientes, tú sí sabes nadar. No tengas más miedo". 

En verdad tenía miedo a muchísimas cosas, pero la más grande era ese miedo a que si me quitaban el miedo perdería mi esencia. ¿Ridículo, no? ¿Pensar que eres el miedo? Sentía que amaba mis propios miedos, los había interiorizado tanto que no concebía una vida sin ellos. ¿Cómo seria una vida sin detenerme a mirar mi reflejo en los espejos para lograr sentirme hermosa? ¿Qué tal vivir algún día sin tener que pedir permiso para perderme en la ciudad? Esos eran mis miedos. Los espejos, la ciudad, la gente, el murmullo... Una casa sin amor, una vida sin sentido, una noche con la luz prendida. ¡Tenía tantísimo miedo! Mi relación con él era algo complicada, no quería soltarlo porque me mantenía en mi zona de confort, nunca había conocido algo diferente a eso y, además, también tenía miedo de conocer nuevas cosas. Todo se me presentaba confuso. El amor para mí era compartir miedos y querer luchar contra ellos (aunque bastaba simplemente con escondernos bajo las cobijas para no tener que mirarlos). Pero algo no encajaba en mi ecuación, el amor no cabe en el mismo sitio que el miedo, o amas o tienes miedo. Nunca ambas. Y yo, definitivamente, quería amar. 

Me libré de mis miedos haciendo una lista grande de ellos para poder encontrar la raíz de todo. Comencé escribiendo tengo miedo a estar sola, tengo miedo a no encontrar un amor de película, tengo miedo a no ser suficiente, tengo miedo a perder, tengo miedo de ganar demasiado, tengo miedo a escribir todo este miedo, tengo miedo a las palomas, tengo miedo al cambio, tengo miedo a los Piscis, tengo miedo a enamorarme de nuevo, a sufrir de nuevo, tengo miedo a sentirme perdida, tengo miedo a no encontrarme jamás; hasta escribí mis miedos más patéticos, tengo miedo de encontarme con un chico guapo mientras ando con el pelo enmarañado. En fin, rellené tres hojas, 6 páginas, con una gran lista de cosas que si se aparecían todas juntas probablemente me hubieran sacado de mis casillas. Me quedé mirando aquellas tres hojas de papel que contenían todos mis miedos, era como si los hubiera sacado de mí por un momento; entonces trate de darle solución a cada uno y ¿A qué no sabes lo que he descubierto?, todos mis miedos se solucionan con un poco de amor. ¡Todos! No existe excepción. Entonces eso hice, me dediqué a ser una experta en dar amor para todas las situaciones de mi vida, desde las más hermosas hasta las más difíciles. 

Ahora escribo, por ejemplo, que si llego a extrañar el mar puedo escucharlo poniendo mi oído contra una concha cada tarde, que aún somos como niños, que no podemos dejar que nuestros sueños se deshagan. Que quiero bajar la persiana, para que nadie me vea, para escribirle cartas de amor al mundo. Que quiero viajar en el tiempo, poder estar en cada lugar y abrazarnos en todas las posturas posibles, besar hasta descubrir que aún sabemos a mar. Que todos somos un mar. Un mar lleno de mareas y barcos. 

Te escribo, de mis ojos a tus ojos, que no existe un por siempre, apenas un ahora, pero que ese ahora es infinito. Que nunca seremos más grandes que el tiempo. A ti, que aún no llegas pero ya siento que estás aquí, te digo que ando anhelando sueños que empiezan y terminan contigo, que nos querremos tanto, tanto, que se nos hará difícil comenzar de cero, fijarnos en otros ojos, vivir de otras caricias, amar en otras vidas.

Escribo y escribo y escribo cosas que no tienen mucho sentido ahora, cosas que están cargadas de sueños e ilusiones, de nuevos comienzos, de un parque pintado en la ciudad más linda del mundo. Historias que hablan de ti y de mí, sin miedo. 

sábado, 11 de mayo de 2013

***


Tiene los ojos cerrados y no le apetece abrirlos, su cuerpo va al compás que marque la banda que está sobre la tarima. Un poco de jazz con cumbia, es una combinación extraña, pero hace que sus sentidos estallen y se pierda en un éxtasis de movimientos desenfrenados y locura diluida en la sangre. Siempre le ha gustado revolcarse el pelo con las manos, y lo hace, se siente sola, libre, hermosa. Sabe que la vida no es nada que este pasando en otro lugar, la vida es esa pista de baile, la gente chocando sus cuerpos contra el suyo, el sudor, un par de músicos, los pies que le duelen de tanta gravedad... Estar ahí, con los ojos cerrados y el corazón a todo dar. Bota toda la energía que puede y sigue bailando con los ojos cerrados, sintiendo la música cada vez más dentro suyo. Parece como si la música la fuera a consumir del todo y llega el momento en que se funden y esa música es Ella y no quiere parar, se quiere hacer eterna en las grabadoras, en los CD's, en los iPods y en las radios.  La nuit se cou che tard Les fleurs sont en co re pâles. Experimenta una sensación de libertad que se había cohibido sentir gracias a aquellos prejuicios, a los miedos y al tan temido Quédiran. Se abandonó y dejo que su cuerpo saliera del mercado de miradas para entrar en el infinito donde todos tienen un único ojo y se encuentra justo en el centro de su pecho. No le importó mucho quién estuviera a su lado, Sabía que él estaba ahí. A veces le daba la mano, A veces lo miraba con esa cara que te mata, a veces se reían de sus locuras. Estaba ahí, pero esa noche no se preocupó en sentirlo porque su interior estallaba en un éxtasis de colores, sonidos y olores. 

Abrió los ojos y un poco confundida intentó volver a la realidad. Lo primero que vio fue su cara y se detuvo a pensar en los muchos por qués que ha justificado con un simple "porque sí" y que, de verdad, necesitan un argumento bueno para mantenerse en pie. No encontró ninguno...


(sin)FIN 

jueves, 9 de mayo de 2013

Life is outside

... but love is always inside you. 
Ella es mi amiga María Claudia, pero le pueden decir Clu.
le gusta mucho comer atún y bailar cuando a todos nos duelen los pies.
Está loca, pero no lo sabe, loca como aquellos que seguimos creyendo en el amor.
Una de esas que se te tira encima con un abrazo cada que te encuentras mal.
y te invita a hacer pijamadas en su casa para jugar a espantar monstruos todos juntos
De esas, que saben dar amor como si fueran brownies con chips de chocolates.
Un día le dio tanta comezón en los dedos que decidió crear un blog
Es un blog lleno de esas cosas que ha aprendido en vidas pasadas
y tú, querido lector de este y mil sitios más en la web,
puedes disfrutarlo dándole clic al siguiente renglón.
{Hiperactivismo de la personalética María Claudeaa} 
Disfrútalo y relaja el paaaaaaaaaaaaaapo. 
"Se abren a la vida las fuerzas,
las facultades y las posibilidades durmientes, 
y descubres que eres una persona 
mucho mejor de lo que jamás
te habías considerado"
-PATANJALI


Hoy me desperté con el sueño entre las manos, sabiendo que estoy soñando (porque la vida es un sueño dentro de otro sueño). Me desperté con ganas de cantar, de bailar, de pintar, de amar; me sentí dueña de una libertad que no me había concedido y que siempre había estado dentro mio. Me di cuenta de lo dormida que estaba y que con los ojos cerrado puedo ver mejor. Soñar es cerrar los ojos a la realidad y abrirlos al infinito. Hoy me desperté pensando en azul clarito, pero también se me acumuló un sol. 
Lo más extraño de todo este despertar es que no necesité de cosas materiales para sentirme bien, para saber que estoy en camino para estar justo donde quiero estar, donde debo estar. Este año, el mejor regalo de cumpleaños me lo dí yo misma, perdonándome por todo y comenzando de nuevo con la intención resonando a mi lado; aunque también me di regalos asombrosos, me di la oportunidad de conocer gente maravillosa, de hacer nuevos amigos, de amar sin esperar nada a cambio. Me di la oportunidad de avanzar. De construir mi alma con pensamientos creativos, bondadosos, llenos de amor, de belleza. Pensamientos abundantes y receptivos. Aprendí que los soñadores son los salvadores del mundo, que soñar es estar despierto, que nadie puede intentar ayudar a otros sin ayudarse a sí mismo, que recibes lo que deseas para los demás, que soy completa en mi condición de incompleta, que debemos ser el cambio que deseamos ver en el mundo, que soy un ser infinito y que por esta sencilla razón: nunca volveré a tener miedo porque SOY, para siempre. 

Entonces, mientras preparaba mi desayuno con un sol mañanero puesto en la sonrisa, me llegó la pregunta acerca de qué debería hacer con mi vida. La respuesta me llegó un segundo después, cuando me estaba terminando el café, lo que voy a hacer con mi vida es DARLA.



sábado, 4 de mayo de 2013


Vivía todo el tiempo en función de encontrar un espacio a solas donde poder desahogarme. Vivía lamentándome. Estaba completamente distraída. Mis días eran como un torbellino. Era darle al "play" y ponerme a bailar y que la ciudad oscureciera al lento movimiento de mis pies. Era ir  al cine y llorar desde la última fila, siendo casi la única en la sala. Era coger cualquier autobus para escapar de la ciudad, y pasear en ningún lado. Era un contagio de calma cuando estaba a su lado, pero no era la calma.

Las buenas noticias siempre eran un "nosotros" cayendo, lentamente, sobre las hojas de los parques.
Pensaba que la vida se vivía entre dos, entre tres, entre más.
No podía detenerme a mirar aquél cielo que tanto me gusta porque siempre andaba caminando, deprisa, con el corazón latiendo fuerte para que pudiera marcar el ritmo de mis pisadas. Persiguiendo a aquellos por los que la vida daba, porque nunca consideré que mi vida tiene vida sin necesidad de dos, de tres, de más.
Y entonces, un día cualquiera, detuve mis pisadas porque no tenía sentido seguir huyendo, porque me estaba doliendo caminar de la mano de alguien más, porque quería parar el mundo, dejar de seguir corriendo en busca de un lugar al que solo puedes llegar volando; nunca me había detenido a pensar en ello, pero cuando mis pies estuvieron lo bastante cansados como para seguir andando, me detuve, miré al cielo y sonreí. Encontré las alas que me faltaban para poder llegar a ese lugar que me espera con las puertas abiertas.

Aquí dentro todo está en calma por fin. Es una felicidad llena de pequeños instantes. Y sé que sigo siendo así sí nadie es conmigo. Cuando me veo aparecer al final de la calle, con una sonrisa nerviosa, los ojos un poco tristes pero llenos de ganas de vivir, sé que sigo siendo eterna y sonrío, porque estoy aquí y ahora, porque en realidad nunca me fui. No tengo ninguna duda. Mis vacíos se llenaran de vida, como el mar. Con el a-mar.

domingo, 21 de abril de 2013

De cuando quiero escribir-me

Muchas veces no sé quien soy, o bueno si sé, pero trato de tomar formas distintas. A veces me gusta bailar y salir de fiesta, otras veces no quiero saber nada de nadie y me encierro en mis mundos, en mis libros. Me gusta andar creando, soy creativa, pero perezosa.Tengo un montón de ideas por volver realidad y sin embargo siempre ando postergándolas. Eso es algo que definitivamente debo mejorar. Me gusta estar inspirada, no hay mejor sensación que amar lo que estas haciendo.También me comparo con los demás, no me gusta hacerlo y sé que con el tiempo podré evitarlo. Quiero mi cabello más largo, pero esa es otra cosa que requiere de tiempo. Aunque odio pensar mucho en el futuro, entonces quisiera tenerlo largo YA. El futuro de verás me angustia, siempre que comienzo a idealizarlo cuando llega el momento de ver los resultados es una cosa totalmente distinta de la que esperaba, a veces mejor, a veces peor. Por eso intento mantenerme pensando en el ahora; no dejo de soñar con mis planes a futuro pero soy consiente de que si quiero conseguirlos tengo que hacer algo en el único momento en que es permitido: AHORA. Tampoco tengo una buena relación con el pasado, por eso me gusta llevar pequeñas bitácoras (en todas partes, es normal abrir mis cajones y ver un montón de notas y libretas con anotaciones personales …. Incluso mi computadora anda llena de notas) para que quede guardado en algún lado que no sea mi interior y así deje de lastimarme. No pretendo olvidar lo que fue, solo pretendo no volver a hacerlo y seguir viviendo mis aventuras sin sentimiento de culpa. ¡La culpa es el peor inmovilizante de todos! ¿De qué sirve preocuparse por algo que ya fue? Ni lastimándote toda una vida lograrás cambiar algo. 

 
Entonces, así es cómo pasa mi vida. De libro en libro, de aventura en aventura. 


domingo, 10 de marzo de 2013

We could be heroes



Tu voz se estrelló contra mi boca, se aferró a mi cuerpo, me obligó a salir a la pista de baile. Báilame un poco de rock en tu vestido de noche, nena, zampémonos la noche en un solo beso. No éramos tú y yo; era tu cuerpo en mi retina; la confusión de un vodka mal servido y un par de copas a cambio de un guiño; la risa de la madrugada, rota y seca. La oscuridad nos iba tragando poco a poco, degustándonos, desgastándonos en horas. Los bares cerraban y el sonido de la música se diluía, y yo seguía bailando dentro de tus brazos, cayéndome poco a poco en tus besos, resbalándome por las aceras de barra en barra, bailando rock y haciendo añicos mis labios con hambre de los tuyos. No éramos tú y yo, era el mundo contra nosotros y los relojes que no paraban de chillar; eran las cinco de la mañana, o las seis; era la una, una espada contra un beso, era un sueño ahogado, un corazón dibujado en la pared.


Ahora siempre podías verme a la puerta de casa, sentada en mi tronito de cartón pintado de amarillo, balanceando los pies adelante y atrás, adelante y atrás, con un ritmo hipnótico que te agarraba del pecho y te obligaba a preguntarme algo. Cualquier cosa, eso no importaba demasiado. Sólo sentías la necesidad de oír mi voz. A lo mejor un día tenías suerte y te soltaba una de mis frases largas, otras veces sólo asentía con la cabeza y seguía moviendo los pies y tarareando bajito las canciones que bailamos hasta que te ibas.

Heroes

lunes, 11 de febrero de 2013


Hoy sentada en el bus camino a casa pensaba que nunca he sido capaz de cumplir mis promesas. "Prometo siempre ser tu amiga". "Prometo cuidarte". "Prometo no lastimarte". "Prometo amarte siempre". Pensaba que las únicas promesas que he podido cumplir son las que me hago a mí misma y, para ser sincera, no soy la que me hace las mejores apuestas. Siempre ando prometiéndome cosas que a la largan me dañan. "Prometo no volver a llorar". "Prometo no confiar en la gente". "Prometo no dejar que nadie se me adentre". Saber que tengo todas las ganas de cambiar el mundo y, al mismo tiempo, ser consiente de que no puedo. De que me faltas, de que sin tu motor no me puedo mover porque hace varias noches que ni en sueños te veo. No olvido la promesa de apuntar a lo más alto del cielo y esperar permanecer en las nubes, sin embargo, tenerla presente se me está haciendo cada vez más difícil. Sin ti, todo se pone cada vez más difícil y la única promesa que pensaba cumplir en nombre de alguien se anda fragmentando. Ya no puedo olvidar las ganas que tengo de una mirada cargada de luz, cargada de amor lindo. Te extraño a ti, mi amor lindo.No entiendo por qué extraño tanto. Estoy consiente que el pasado no es mejor que ahora, ni será nunca mejor que mañana. Pero extraño tanto, con todo lo que puedo llegar a suspirar. Extraño mi modo de mirar al cielo y saber que algún día podré volar. Que cuando reencarnemos ambos seremos pájaros y surcaremos los cielos sin la pesada carga de ser humano. Extraño la forma en que sabias leerme los días sin tener que detenerme a contestarte esa molesta pregunta del ¿Cómo estas?. También extraño saber cómo estas tú. Y las ganas que nos daban de escribir un libro de aventuras con fotos y mapas de todos los lugares que visitaríamos. Extraño, aun si nunca llegué a conocerlo, tu aroma en los parques de todas las ciudades del mundo que visitaré.

Te extrañé. Te extraño. Te extrañaré.
Esta noche aprendí a conjugar el verbo que me negaba a aprender.

Ay amor Divino, pronto tienes que volver

domingo, 10 de febrero de 2013


Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.

Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.

Por lo menos tiene que intentarlo.

Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.

Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la sagaCrepúsculo.

Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.

Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.
Rosemary Urquico

No vuelvo a olvidar quien soy.



Nadie puede definir quien eres. Nadie. 
La sensación más bonita del mundo, después del amor, claro está, es aquella de encontrar el tesoro perdido, ese que ha estado allí, contigo, toda tu vida. No vuelvo a olvidar que me gusta encerrarme en libros, que la mermelada de piña es mi favorita y que puedo volar. "Porque desde aquí, soy libre". No vuelvo a dejar que aquellos pensamientos inunden mi mar de sueños y de apenarme de lo que soy. Sí, me estaba apenando de querer pintar todas las paredes blancas con bonitos colores y dibujos de sueños que si no se sueñan se apagan y si se apagan ya no habrá nada en el mundo que pueda prenderme. Había olvidado que siempre he sido una soñadora, una aventurera de cuentos imposibles, la maga sin el sombrero y la historia sin fin. Había pensado que podía sobrevivir sin cuentos imposibles, con sombreros y sin historias divertidas. Había olvidado que mis propios cuentos, mis propios mundos, me habían salvado tantas veces de estar sola en el pavimento... Y vivir sin ellos, no es vivir. Yo no quiero eso. He estado tanto tiempo bajo la sombra de un mal árbol que se había plantado justo encima de mí y no me dejaba despegar los pies del suelo, aparte, claro, de no dejarme recibir ni luz, ni calor, ni ganas de ver más allá de sus ramas. Descubrí que la jardinera de aquél árbol siempre había sido yo. Descubrí que si yo misma no lo cortaba nadie más iba a hacerlo por mí. ¿Cómo pude demorarme tanto tiempo en entenderlo? Estaba pensando en cosas tan banales e inherentes a mi vida que no me preocupaba en derrumbarlo. Pero hoy desperté y fue más fácil que dejar de fumar. (Que ironía, antes pensaba que logar mi felicidad sería más dificíl que dejar de fumar y ya he logrado ambas cosas). Me di cuenta que todo lo que necesito para ser feliz está en mí. Soy mi propia máquina de sonrisas.





martes, 29 de enero de 2013

Sobre cómo escapar y terminar en tus brazos.



 
Cerré los ojos y cuando los abrí aparecí sentada en una roca muy lejos del mundo, muy cerca del mar. A mis oídos llegaron susurros de todos los sueños que intento no olvidar, de todos los planes que están del otro lado. Quise arrojar toda mi angustia al fondo del mar. Despertar y saber que, de este punto en adelante, no existira nada que me até de nuevo a la orilla.

Llevo tanto tiempo suspirando por un par de sueños que sólo una vez al mes creo que podrán cumplirse. Los veo en las parejas del parque, en besos de película, en carreteras interminables con palmeras a los lados. Los veo, los siento, quiero alcanzarlos. Mientras espero, paso los días con la televisión a todo volumen sin mirar qué está pasando, matando la soledad con los ruidos, cualquier serie absurda, sólo necesitando escuchar ESAS palabras que me cuestan tanto pronunciar. Hay mucha soledad, por donde quiera que vaya. Hay azoteas perdidas llenas de sueños rotos, alguna radio matando el silencio y animales que miran con ojos tiernos. "No estás solo". Hay muy pocos abrazos, demasiado odio. Hay poca gente que disfruta el amanecer y prefieren tener la vista perdida en el techo del motel. Hay personas que escriben a amores perdidos, a los imposibles. Escriben a sus sueños en una máquina de escribir (y para mí, tener una máquina de escribir ya es un sueño). Cafeterías donde se encuentran dos personas que llevaban buscandose toda la vida. Cafeterías solitarias donde no se encuentra nadie, y la gente sólo saluda. Muchas canciones que hacen recordar, algunas que matan por dentro. Muchas noches en las que recuerdo, odio recordar. Hay heroes por las calles y yo estoy esperando que alguien me salve. Y en mi casa no hay fuego, pero las llamas me consumen por dentro. Es necesario que vengas volando pero no te hace falta la capa. Unos ojos brillantes sí. Tampoco necesitas agua para apagar el fuego con que me susurres tus sueños, y que coincidan con los míos está bien. Existe una soledad llena de ganas de no estar sola. Huye conmigo.

"(…) en los momentos más trágicos me río
o enciendo un cigarrillo y me echo al suelo
y te miro como si nada malo tuviera que suceder.
Ciertas posturas nos hacen creer en la felicidad.
A veces estar acostada me hizo creer en el amor"