miércoles, 26 de junio de 2013

Y resulta que no...


J:

Te pedí que me escribieras una carta donde plasmaras todo lo que sientes y que yo haría una igual, lo hice para establecer una especie de pacto, un secreto, una cápsula del tiempo. El asunto es que llegué a la página de mi libro donde tengo que olvidarme de él y me entró un aire de instatisfacción porque, de nuevo, no soy capaz de cumplir mis promesas. Mientras miraba aquella página que tenía escrito con tinta indeleble "cuando llegues aquí ya deberías haber olvidado todo de él". Recuerdo que escribí esas palabras justo un mes después de terminar nuestra historia de amor y confiaba que al llegar ahí el tiempo me daría la razón... pero no, había pasado casi un año y todavía no lo había olvidado todo de él. Pensé en las veces que me he detenido frente a las perfumerías porque sentí en el viento su olor o cuando me asustaba caminando por la calle porque encontraba en algún desconocido sus gestos. También pensé en ti. Pensé en la noche que íbamos caminando hacía casa y te dije:

-Tú deberías enamorarme, pero no enamorarte.
-Mejor lo hacemos los dos, ¿no? - respondiste.

Y luego, me quede suspendida en esas 6 palabras. Intenté recordar como lo habías pronunciado para saber si el sentido de ellas cambiaba. Pero nada. Por mucho que me esforzará en no darle rienda suelta al final termino soltándose sobre mis hombros y caí rendida encima de aquella página, manchándola de lágrimas y deseos que quiero evitar. Caí en cuenta de que para amarte como tú querías tenia que poner una barrera, debía desenredar los nudos en mi garganta y frenar los latidos de tu corazón para poder alcanzarte... De verdad quiero hacerlo, de verdad quisiera poder enamorarme de ti y por eso es que necesité un tiempo. Todo un año para pensar. Te dije "seamos amigos todo este año y si después de este tiempo me sigues amando nos daremos la oportunidad" . Necesitaba saber si estabas tan dispuesto como al principio de romperme los esquemas y saber si sentía algo por ti más allá del miedo. No quería jugar contigo, como jugué con todos los demás, quería estar segura de que si era sen serio seria por mucho tiempo...

Entonces aquí estamos, después de un año, leyendo nuestras cartas con los pelos del corazón enredados. Tal vez dando ese paso a la felicidad que suele ser el más difícil de dar. Tal vez no.

¿Por qué tú? Yo también me lo he preguntado un montón de veces y debe ser el hecho de que estar a tu lado me hace sentir segura, me hace sentir especial, me hace querer no soltarte nunca y que estés conmigo al lado del camino fumando-el-humo-mientras-todo-pasa. No quiero NUNCA no saber nada de ti, no quiero perderme de tus buenas y malas noticias, no quiero despertarme en las mañanas y saber que no podré volver a hablarte, no quiero ser esa que te rompa el corazón.
Algunas veces me siento a prueba de balas, pero tus miradas logran ser bombas atómicas en mi guerra interna ¿sabes por qué? Bueno, te cuento que fue porque supiste demostrarme que no todo en mi vida era colo gris-tirando-a-negro, me enseñaste que a pesar de los sufrimientos la alegría vale por lo mal que la pasamos antes. También fue porque nunca supe entender porque siempre que me llevabas a algún lugar, respiraba hondo con los ojos cerrados, los abría y me encantaban esos lugares, no sé, me hacían sentir como si todo estuviese mágicamente bien, porque cada vez que mis ojos se cruzaban con los tuyos no hacía más que sonreír.

Al igual que esta carta no podré saber cómo termina la historia, puede que en este momento en que la estás leyendo yo sea este y tan sólo este pasado que te está escribiendo o buen puede que esté al lado tuyo viendo ya cómo nuestros huesos encajan a la perfección.

**_
(Puede ser el tercer asterisco del final.... o del comienzo)
Te quiero, siempre.
Fer.



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