jueves, 16 de mayo de 2013



Voy caminando por la calle olvidando un poco quién soy y deteniéndome en esos ojos huidizos que no se quieren conocer, me detengo en las pisadas de los demás, en el volumen de su sonrisa. Ya no me molesta caminar sola por la calle, me inundó una sensación de aventurera y tengo el universo entero por conocer. ¿Por qué había estado tan dormida? Siempre andaba caminando por la calle evitando las miradas, saltando los charcos, pisando el prado y manteniendo la cabeza en el cielo o en el suelo, dependiendo mi estado de ánimo, pero nunca hacía el frente, nunca deteniéndome a ver todas las maravillas que se encuentran en el camino. Me siento en las escaleras con las piernas cruzadas, me quito los audífonos porque no me dejan escuchar la melodía de mi ciudad, veo a todos los personajes del gran teatro bogotano y me emociona recrear las historias que se están desarrollando simultáneamente a medida que van entrando en mi escenario. Un niño toma de la mano a su madre y le ayuda a subir los escalones para llegar temprano a su cita en el médico, donde le dirán lo bien que anda de salud para una mujer de su edad. A mi izquierda hay una pareja  discutiendo por los celos obsesivos, quisiera ir y explicarles lo bello que es amar con libertad, la magia que se encuentra detrás de un beso cargado de sentimientos que gritan palabras llenas de la cursilería más linda que nunca se ha oído y explicarles que esa misma magia se encuentra en la sensación de estar caminando por la calle sin mirar el asfalto e ir pensando "Amo a todo el mundo a través de ti, gracias a tu amor puedo amarlo todo", no sé si mis pensamientos positivos ayudaron, pero lo lindo es que él le roba un beso, ella sonríe con un poco de timidez y las manos juguetonas comienzan a buscarse para luego, más tarde, encontrarse juntas debajo de las sábanas. Oigo el ladrido de un perro y veo cómo juega con aquél hombre que trae las ropas sucias, aquél hombre sin casa, pero con un hogar que tiene una pancita caliente y es tan peludito como un jardín con aroma a flores, su hogar que ladra y, aunque tenga pulgas, para él es el más lindo sobre la faz de la tierra; los veo y siento que estoy viendo la hermandad más poderosa sobre el universo.... Sigo caminando y dejo que todos los aromas, tanto el de un café recién servido como el de un pedazo de excremento en la acera, se adentren en mi cuerpo y comiencen a hablarme. El café me dice que todos están cansados, quieren estar despiertos y creen que tomando café van a lograr abrir los ojos. Una flor me dice que va a llover, que perdón si mojo mucho mis botas, pero que ella se va a dar un banquete, le sonrío y pienso que si llega a llover tampoco voy a sacar mi sombrilla porque seremos dos las que disfrutaremos del festín... Camino un poco más hasta llegar a mi destino, llego muy temprano para la hora acordada, pero eso no me molesta y sigo disfrutando de las historias que se me vienen presentando, historias con sacos de lana, historias con una chaqueta de pink floyd que me dan ganas de saber más acerca de esa historia, pero no puedo interferir, me gusta estar observando, ya llegará mi momento de actuar, otra historia con un par de botas rojas y un sombrero de lana rosado interfiere en mis pensamientos, historias de bienvenidas, de despedidas, de huidas, de alegrías, de esperanza, historias de amor en todas partes... Y entonces es cuando llega mi momento de actuar, todo comienza con el más cálido abrazo a una amiga que siento está cargada de todas aquellas buenas intenciones y sueños de infancia que se disfrutan como helados. Las clases, a pesar de que son una rutina, son parte de mi historia y me enfoco en vivirlas al máximo.... Ver a las personas que quieres con estos nuevos ojos es como encontrar un kinder sorpresa en la calle con una notita que dice "Del mundo para ti, porque te lo mereces", y esos momentos se sienten tan dulces, tan reales y sinceros... ¡Ver a la persona que te gusta es como un frasco de Nutella!. Y mi frasco de nutellla llega, me sonríe y ya está, todo es color de rosa, color amor, color ilusión. 
Llego a casa con la sonrisa más cansada, pero más verdadera que he tenido en días, incluso meses, y entonces los veo: Mi familia, tiro la maleta en un rincón y corro a abrazarles y a contarles todas las aventuras que he vivido hoy, me escuchan con emoción y mientras tanto me van calentando un poco de leche, me quitan las botas que han estado muy mojadas el día de hoy de pisar tantos charquitos; me dan uno, dos, tres, ochomil abrazos y yo siento que la felicidad es esto: Es elegir ver el sol así si usas botas para días de tormenta. 


4 comentarios:

  1. Te invito a que cuando puedas te pases por mi blog para que veas el resultado de los micro, y respondas a una pregunta que os he hecho, además de que allí te espera tu DIPLOMA DE PARTICIPACIÓN.

    Un beso.

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    Respuestas
    1. Claro que me paso por tu blog!
      Un gran abrazo!

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    2. No has vuelto a escribir más, espero que estés bien.

      Un beso.

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    3. ¡Las vacaciones me han sentado muy bien al aire libre y no me he detenido a parar en la computadora!
      He escrito un montón y pronto lo subiré al blog.
      Un beso, linda María.

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