sábado, 14 de enero de 2012

Tienes el encanto del primer hombre que me regalo la Luna, podría jugar a que todo es diferente por el simple hecho de ser nuevo pero ni me apetece jugar y no me quedan ganas de vivir nuevas desiluciones. Me recuerdas esos ojos. Esos besos. Esos amores. Esos errores.
Me recuerdas el por qué de las matemáticas de los amores es tan inexacta, jamás se puede dividir en tres un corazón, jamás... y yo sigo confiando por testaruda, sigo siendo aquella niña ingenua que daría todos los terrones de azucar que le quedan por un amor que dure cien vidas.
Yo quiero alguien al que pueda recitarle todos mis poemas y no se sienta intimidado, alguien a quien poda morderle las mañanas y no se preocupe por el dolor porque sabe que lo besaré la próxima vez que mis labios toquen su cuerpo, necesito alguien que entienda un poco mas de tura, con quien compartir libros y vivir cuentos de principes y gitanas.
Necesito alguien que asi tenga bien roto el corazón me deje reinventarselo todos los días.




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