sábado, 14 de enero de 2012

Angellí de alelí.


Está loca y todos lo dicen, es capaz de matarte y comerse tu corazón para desayunar si de verdad te quiere. Ella es fuerte, aunque débil a veces. La niña de los ojos profundos, si, la que juega a no pisar las rayas de las baldosas, la de los dedos eternos y pestañas que duran un solo suspiro. La maga de los secretos. La que nunca duerme antes de las doce. Es una contradicción con dos ojos. Odia las matemáticas y sin embargo es capaz de calcular cuantas palomas ha atrapado. Tiene buena memoria, como la de un elefante, pero no es capaz de recordar el día en que los ojos se le secaron y dejo de bailar como bailarina de ballet. Siempre toma café para desayunar y cuando se duerme se va a otro país donde no existen las personas que son como las monedas, donde las nubes estan al alcance de la mano y se comen. Es un pequeño saco de esconder sonrisas, se alimenta de las lágrimas de aquellos a los que torturó para sacarles la última gota del alma. Y tiene hambre. Adora las sabanas de muñequitos y las camas grandes, el olor a papel quemado. Es capaz de exprimirte la risa, desnudarte el alma (y el cuerpo tambien) con una mirada.
Cuando come paletas se le pone toda la boca roja y te entran ganas de besarla y es entonces cuando es mas peligrosa porque se aprovecha de que tienes los ojos cerrados para tomar tus cosas y esconderlas en las raices de Rasputin.
Ella Nunca gana, nunca pierde, nunca baila, nunca para. nunca escucha, nunca habla.
Solo mira. Ella es la leyenda, en ese cuento que nunca contarías a tus hijos
porque da demasiado miedo y sin embargo es tu favorito. Es una canción, un
secreto contado al viento, una maldición, un motor. Mi motor

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