sábado, 11 de agosto de 2012



Y te soñé. 
No es que te extrañé, solo extraño tu olor, ese olor a nada que me gusta tanto .. y que es mucho para mujeres como yo: Obsesivas con los olores. Y esa mirada, tan parecida a la mía, que oculta tantas cosas y ¿Cuántas mas cosas ocultará bajo esas pestañas?. Ni hablar de tu sonrisa, que siempre fue puente de comunicación y vaso de agua después de tanta sed. Ya no te quiero, pero tampoco te olvido. 

Hoy te soñé y me permití una sonrisa azul o tal vez naranja de simple felicidad memorial, no soñé precisamente contigo porque mi mente solo te recuerda como eras y eso ya es mucho tiempo. Ya debes de ser otro al que mi mente recuerda. Soñé con tu película favorita e instantáneamente me desperté pensando en ti, en las veces que veía las escenas, proyectadas esta noche en mi cabeza, abrazando tu pecho en vez de mi almohada. Recordé que amaba que te supieras los guiones y hasta los puntos finales; hice la misma mueca que hacías intentando arremedar al protagonista y solo pensé, que así te vieras increíblemente ridículo amaba esa fracción de segundo donde te daba completamente igual ser el centro de mis risas porque amabas más que nada ser el centro de mi vida.

Así como te soñé me desperté y no pude evitar las ganas de quedarme atrapada en esa película, de ser un personaje mas, incluso de ser un extra en medio de tanta galaxia y de tanta guerra. Quería que, ahora que estamos lejos y ni hablamos, vieras tu película favorita y  sonrieras al verme ahí. 

Muchas veces lo que mas revivo de ti son todas tus cosas favoritas y me remito a lo feliz que era cuando yo era una de ellas. 

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