"Las
emociones humanas no son algo que sucede por casualidad,
las acciones humanas no ocurren así, por las
buenas.
Todos los sentimientos y actos
van precedidos de esos
misteriosos fenómenos mentales a los que llamamos
pensamientos,
y nadie ni nada, ninguna fuerza del mundo,
puede hacerle pensar a
usted algo que no quiere pensar."
-Wayne Dyer.
Existe
una libertad que no tiene nada que ver con romper barreras, abrir puertas a la
fuerza, ni nada que tenga que ver con violentaciones físicas hacia la
"autoridad". Aquella libertad está
dentro nuestro, la puerta que debemos abrir es la de nuestro interior, nuestro corazón, mente y conciencia. Solo cuando se cae en cuenta de la libertad
que se encuentra en nuestro interior es que podemos llegar a ser realmente felices,
a conocer la verdad y saber vivir en ella. No existe nada mas allá de esto. Soy, somos, libres de pensar lo que queramos, y también somos capaces de aplicar aquella
libertad a nuestra cotidianidad y disfrutar lo bello que es vivir aquí y ahora
consciente de nuestra consciencia, nuestro espíritu y nuestro ser eterno y
libre que se halla en un lugar que no podemos palpar ni comprar ni encerrar,
mucho menos doblegar. Somos lo que
pensamos y si nuestros pensamientos son positivos, amorosos y libres nuestra
vida comenzara a cambiar, a moverse hacia aquellos terrenos donde el placer de
la vida, del mundo, del universo se encuentran encerrados en esta pequeña
realidad, en este pequeño sueño y que solo con nuestras alas que son nuestra
mente podemos aventurarnos a conocer todo lo que se nos viene presentando.
Una
mente (en)cerrada es un espíritu sin alas, que se monta en aviones y se deja
llevar a lugares donde el piloto desea llevarlo. Es una mente cómoda, que no quiere ver más
allá de las cuatro paredes que lo rodean ni sentir nada tan seguro como el
suelo de aquella máquina que lo conduce.
En
cambio, una mente con alas puede llegar a surcar los cielos, ser su propio
piloto. Puede llegar a sentir el vacío, la tormenta, los vientos suaves y las
nubes que son como el algodón. Pueden
vivir sintiendo al límite sin miedo porque sabe que así existan momentos que lo
lleven en picada, tiene el mando de su vida y es capaz de desplegar las alas
cuantas veces quiera.
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